La polémica está servida. Tras haber comprado el Estado Español el legado del fotoperiodista Agusín Centelles para exhibirlo en el Centro para la Memoria Histórica de Salamanca, la Generalitat de Catalunya ha puesto el grito en el cielo al ver como las imágenes que el reportero tomó durante la guerra civil abandonan la Barcelona donde Centelles residió desde 1944 cuando regresó de su exilio en Francia.Desde círculos políticos se polemiza con el traslado aduciendo "resquemor" por el traslado a Cataluña de los "papeles de Salamanca" del archivo de la Guerra Civil. La ministra de Cultura Ángeles González-Sinde ha propuesto dejar en Barcelona una copia de las obras trasladadas.
Los 10.000 negativos del archivo de Centelles permanecieron ocultos en Carcassonne (Francia), desde el final de la guerra hasta que el fotógrafo pudo traerlos a España en 1976.
