Hoy, antes de que la cierren el dia 8, he ido a Cádiz a ver la exposición de paisajes patagónicos de la fotografa Linde Waidhofer que está expuesta desde mediados de julio en la antigua carcel real.
Las fotografías de Waidhofer tienen algo que siempre he valorado en un fotógrafo, el ojo. No todos los fotógrafos lo tienen e incluso algunos muy consagrados carecen de el absolutamente. Los paisajes de Waidhofer no pueden moverse a su antojo ni cambiar de expresión, ella sólo puede ver, seleccionar y componer la imagen para darles esa fuerza que tienen y que todo el aque ha ido a ver la exposición puede contemplar. Los colores y la amplitud de los paisajes de la "La Patagonia Desconocida" no dejan exento de emoción al visitante.
Ahora las pegas. En primer lugar, la magnífica sala de la Casa de Iberoamérica quizá no esté preparada para albergar fotografías de un tamaño "tan pequeño" (la imagen es apróximadamente de 30x45 cms), quiero decir que al ser pequeñas, has de acercarte a la imagen para apreciar los innumerables detalles y es entonces cuando los focos (excesivamente retrasados), proyectan tu molesta sombra sobre la fotografía. Si ha esto añadimos el molesto color amarillento de las lámparas de tungsteno, tendremos algo que acompaña a la mayoría de salas expositivas, la iluminación (perdón por la expresión), es una mierda.
Por otra parte la exposición de Waidhofer es la única que no cuenta en la entrada con un catálogo (las otras dos exposiciones que comparten el espacio, una de esculturas y dos de pinturas, lo tienen). En su lugar el folleto editado por el ayuntamiento (gestor de la sala), no habla ni de la autora, ni de las fotografías ni de la patagonia, más bien gira en torno a las bondades del ayuntamiento.
Por último comentar que las copias no son de buena calidad. Aunque han sido producidas por la autora (todas las fotos están firmadas una a una a lápìz), en algunas se notan líneas paralelas que ha dejado el cabezal, el papel además no parece de muy buena calidad. Este trabajo se merece otra impresión.
En definitiva, un gran trabajo de la autora desmerecido por fallos de última hora. Merece la pena verla. Aunque los paisajes no son un género de masas (si fuera la de Annie Leibovitz otro gallo cantaría), y la exposición es relativamente "pobre" es muy atractiva en cuanto a las imágenes.